jueves, 1 de julio de 2010

Capitulo 1



Un guapísimo adolescente vestido de negro se acerca a la consulta de un psiquiatra. Espera su turno. Mueve mucho las piernas. Está nervioso. No le gusta estar entre la gente y menos tener que esperar. Se abre la puerta de la consulta. Simón mira hacía allá.
--¿ahora sí me tocará a mí? –se pregunta ansioso.
El doctor mira hacia él.
--Pasa…
El chico se levanta. Se sacude los pantalones. Lleva rato sentado y le duele el trasero. Se lo acaricia un poco mientras entra.
--¡¡Ya era hora, doc¡
Tiene mucha confianza con el doctor. Se nota que no es la primera vez que se consulta con él.
--¿como va eso Simón?
El paciente se tumba en la camilla. Siente una gran angustia.
--No puedo doc… Mi vida sin mi padre no tiene sentido…
--NO debes decir eso… ¿y tú madre?
--Le sería más fácil la vida si yo no estuviera…
--Tu madre te necesita, debes cuidar de ella…
--¿y quien cuida de mi?
--Vuelve a las clases, con gente de tu edad…
A Simón no le apetece ver gente. Va haciendo que no con la cabeza.
--No, no quiero. No quiero ver a nadie. No quiero que nadie me compadezca…
--Pues cambia de ambiente, una escuela nueva te irá bien…
--No tiene sentido, además el curso ya está perdido…
--aunque no sea por los estudios… te animará estar con gente… a lo mejor conoces alguna mina…
Simón se incorpora en la camilla. Mira al doctor molesto:
--¿una mina? ¿y para qué quiero yo conocer una mina? ¡¡usted sabe que soy gay¡
--Si bueno pero aún no tuviste relaciones con nadie ¿no?
--claro, soy virgen pero eso no me hace menos gay… Tengo claro que lo que me gusta son los chicos…
--¿y tu madre?¿lo sabe?
Simón de nuevo se tumba. Su cara se le ilumina al hablar de su padre.
--Nunca me atreví a decirle a mi padre pero estoy seguro que él lo sabía, que me apoyaba… Mi madre pues le parece bien todo lo que yo haga…
Simón se siente solo. Le parece que el mundo ya no es un lugar para él, que está fuera de onda.

Simón le tiene mucha fe a su psiquiatra y decide hacerle caso. A los pocos días se incorpora en las clases en una escuela nueva. Lo hace sin muchas ganas. Se queda en un rincón. No tiene ganas de hablar ni de ver a nadie. Se siente desubicado.
--No sé qué hago aquí –se dice así mismo—No debí hacerle caso al doc… En esta ocasión se equivocó…
Una parte de él quiere levantarse, irse y volver a encerrarse en su casa pero otra le pide confianza:
--el doc siempre supo lo que hace –dice para sí.
De pronto los ojos se le van hacia algo que tiene delante. Se ha sentado un chico guapísimo. Pelo largo, ondulado. A Simón le gusta ver como se le mueve el chico. Al rubio se le cae algo, se agacha. El trasero así en pompa. A Simón las hormonas se le revolucionan. Aunque se siente un poco culpable porque piensa que sólo merece sufrir, no puede evitar que sus ojos se le vayan hacia esa interesante parte.
--¡que buen culo¡ --piensa cachondo.
Luego se lo reprocha así mismo.
--Céntrate, Simón… Céntrate…
Por primera vez en mucho tiempo su mente no está sólo en su dolor, en la pérdida de su padre


Días después… Simón no le ha sacado los ojos de encima a ese melenudo que tanto le ha gustado pero no se ha animado a decirle nada. Ese día lleva unos jeans negros. Además se le ven mucho los calzoncillos lo que pone muy cachondo a Simón. Muy es poco. Está cachondísimo.
--Si fuera al lavabo sería capaz de todo –murmura.
Y el rubiazo va al lavabo. Simón no lo duda. Lo sigue ansioso. Simón se excita aún más al verlo haciendo pis en el urinario y está muy separado.
--¡hoy es mi día de suerte¡ --piensa Simón que se coloca a su lado con ganas de verle la verga.
Para su decepción el guapo la tiene pequeña y muy agarrada con la mano. No le ve nada. Le ve perfectamente la mano. Le ve el chorro del pis pero nada más. Simón lo mira, el otro le sonríe.
--Hola que tal? Soy Tacho.
Simón le va a dar la mano y el otro sonríe.
--Ahora no es el momento.
Simón no le dice nada más y Tacho tampoco. A Simón le excita mucho ver como se la sacude, como se abrocha la cremallera. Se va tras él. Se está maldiciendo porque no se atreve a decirle nada. Tacho le aguanta la puerta pero justo cuando va a salir le dice a Simón:
--Cuando quieras verme la verga me lo dices.
Simón se asusta y dice:
--¡Yo no soy gay…¡
--Pues sí lo que siento porque me apetecía mucho estrenarte¡
Simón traga saliva. Ahora es Tacho el que iba a irse, Simón se le lanza para besarlo. Tacho le guiña el ojo:
--aquí no.
Se miran sofocados. Simón lo sigue. Se encierran en el baño.

Simón llega a su casa contento pero al ver la foto de su padre se derrumba. Se siente culpable por ser feliz. La madre lo sorprende cuando está apunto de cortarse las venas.
--Hijo, ¿qué ibas a hacer?
Simón llora abrazado a su madre.
--¡¡no puedo más vieja…¡ ¡¡no puedo más¡
--Pero esa no es la solución… no la es…
Simón se desahoga llorando con su madre.
--Júrame que no volverás a hacer una locura… ¡¡júrame¡
A Simón le impresione la angustia de su madre.
--si, lo juro…
La mujer se levanta.
--¡¡Ahora mismo llamo a tu doctor¡
Simón se queda en el piso. Piensa en su padre, le gustaría tenerlo a su lado.
--la vida duele viejo… duele mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario